Niña buceando.

Importancia de la natación en los niños

Por lo general, a los infantes les encantan los deportes; es común que pasen de una disciplina a otra sin problemas hasta encontrar su favorita. En ese sentido, la natación es una actividad que no debería faltar en la niñez, dado que sus beneficios son muchos y muy importantes. A continuación, te contamos por qué es tan relevante la natación en los niños.

En los últimos años, se han popularizado las clases de natación no solo para niños, sino también para bebés y hasta para embarazadas. Esto, desde luego, no es en vano; se trata de un ejercicio que tiene muchísimo para aportar al cuerpo humano, en varios aspectos de la vida.

En la siguiente enumeración, repasaremos las principales virtudes de la natación en los niños. Si todavía no has apuntado a tu pequeño en estas clases, no dejes pasar la oportunidad; de seguro encontrará un pasatiempo que lo acompañará por muchos años.

Beneficios de la natación en los niños

Combate el sedentarismo y la obesidad

Es bien sabido que la gran cantidad de entretenimientos que los niños poseen en la actualidad atentan contra la posibilidad de sacarlos de la casa, incluso para hacer algo divertido como es la práctica de cualquier deporte.

Lo bueno de la natación es que, al ser una actividad relacionada a las piscinas —y por ende, al calor, las vacaciones y los amigos— los niños suelen aceptar gustosos la invitación. De esta manera, se queman las calorías sobrantes, se reducen los niveles de grasas, glucosa y colesterol y se potencia el apetito.

Esta combinación repercute no solo en el peso del pequeño —lo que a su vez eleva su autoestima—, sino que también es fundamental para prevenir futuras enfermedades como la diabetes y la hipertensión.

Propicia el fortalecimiento muscular

Prácticamente todos los grupos musculares más grandes del cuerpo se ven involucrados en esta actividad. Tanto las extremidades superiores al bracear, como las inferiores al patalear, están en constante movimiento.

Imagen: Eres Mamá.

Sin embargo, esto no termina ahí. También se requiere para nadar una estabilidad corporal que se consigue gracias a los músculos del core. Es, por todo esto, una actividad excepcional para incorporar la coordinación motora a sus habilidades.

Por otro lado, la fuerza necesaria para impulsarse a pesar de la resistencia del medio acuático, sumada a la resistencia que hace falta para sostener el esfuerzo, hacen a la natación un excelente trabajo para lograr músculos fuertes y desarrollados.

Además, al tratarse de un deporte de bajo impacto, no representa riesgos para la salud ósea. Esto es muy importante, dado que los huesos de los niños todavía están en pleno desarrollo.

Mejora el funcionamiento del sistema cardiovascular

La natación es un deporte aeróbico por excelencia. El movimiento constante y exigente hace que los músculos requieran energía y oxígeno para funcionar; como consecuencia, el corazón potencia su eficiencia para suministrar al cuerpo los nutrientes que necesita.

Asimismo, los pulmones y las vías respiratorias alcanzan una función más óptima. El sistema respiratorio en su totalidad se vuelve más efectivo, lo que permite oxigenar de mejor manera la sangre.

Promueve la relajación y disminuye el estrés mental

Es mentira que los únicos que se estresan son los adultos. Los niños sufren las presiones y modificaciones que afrontan en su vida cotidiana casi de la misma manera; si bien todavía no son conscientes de muchas cosas que suceden a su alrededor, sí que tienen preocupaciones, y más aún durante la etapa escolar.

Por eso, la natación en los niños tiene el poder de ofrecerles un escape mental sumamente reconfortante. En el agua, el niño se divierte y se agota exhaustivamente. El resultado: una mayor sensación de bienestar al llegar a casa, que a su vez se traduce en un descanso más reparador.

Históricamente, esta mejora del estado de ánimo se ha relacionado al incremento de endorfinas (la hormona del bienestar) que ocurre durante el ejercicio físico. No obstante, publicaciones recientes ligan esta consecuencia a la anandamina, un neurotransmisor asociado al alivio del dolor.

Estimula la socialización

Las piscinas constituyen un ambiente ideal para que los niños jueguen y se diviertan. La natación en los niños es, por lo tanto, un método ideal para ayudar a los niños introvertidos a conocer compañeros y sentirse integrados a un grupo.

Además, no se puede obviar que es una gran herramienta para su futuro. En situaciones límite, saber nadar puede marcar la diferencia para salvar la vida propia o la de las personas que los rodean.

Finalmente, más allá de lo que comentamos antes, cabe destacar también que la natación en los niños aporta al desarrollo de su concentración. Se trata de un ejercicio que demanda mantenerse enfocado para realizar los movimientos con la técnica adecuada.

Asimismo, también implica todo un desafío. Al superarlo, el niño se sentirá confiado, independiente y motivado para extrapolar ese esfuerzo a otros ámbitos de su vida.

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