La técnica del estilo espalda demanda práctica y constancia.

Consejos para mejorar la técnica del estilo espalda

La natación es una disciplina, como siempre se dice, sumamente completa. No obstante, otro de sus beneficios es que también ofrece muchas variables, ya que tenemos varios estilos para escoger. Hoy hablaremos en detalle de uno de ellos: te contamos todo sobre la técnica del estilo espalda.

Nadar de espaldas es, para quienes dominan esta habilidad, algo no solamente relajante, sino también muy positivo para la condición física. Se trata de un estilo que demanda la acción de muchos músculos, por lo que debemos conocer bien cada movimiento para alcanzar la coordinación ideal.

Técnica del estilo espalda: conceptos básicos

Lo primero que se debe analizar acerca de la técnica del estilo espalda es la postura corporal. Desde luego, la cabeza permanece mirando hacia arriba en todo momento; el agua, en tanto, debe llegar a la altura del lóbulo de la oreja del nadador, nunca por encima.

Si bien la postura correcta es prácticamente horizontal, hay algunos aspectos que debemos tener en cuenta:

  • El pecho debe sobresalir levemente por encima de la superficie del agua.
  • La cadera tiene que estar apenas flexionada, de modo que las piernas queden sumergidas.
  • Si el nadador flota poco, la cabeza debe echarse hacia atrás para favorecer este punto.

En cuanto al cuerpo, se da una rotación del tronco similar a la del crol. No obstante, la diferencia es que el giro es menor y, además, la cabeza permanece fija.

Acción de los brazos

El movimiento de los brazos es fundamental para lograr una buena técnica del estilo espalda. En este sentido, ambas extremidades deben estar perfectamente coordinadas no solo entre sí, sino también con la rotación de la cadera y los hombros.

Nadando estilo a espalda.

Para explicarlo de manera concreta: mientras el brazo izquierdo está girando hacia abajo (es decir, entrando al agua), el cuerpo debe girar levemente en esa dirección. Específicamente, se recomienda un giro de aproximadamente 45 grados.

Además, siempre se debe buscar que, a medida que un brazo desciende para introducirse en el agua, el otro debe estar haciendo el movimiento opuesto; es decir, debe estar saliendo del agua.

¿Qué pasa si no se realizan estas acciones de manera coordinada? En ese caso, tanto las piernas como las caderas perderán el equilibrio y la estabilidad, lo que llevará no solo a una menor propulsión, sino también a posibles lesiones para el deportista.

Movimientos específicos

Otros detalles con respecto a los brazos:

  • Ingresan al agua extendidos y con las palmas hacia afuera.
  • La muñeca se flexiona levemente para que la mano se sumerja antes que el brazo.
  • En el momento de agarre y empuje, la palma de la mano gira y el codo se flexiona, de modo que se puede ganar impulso con el movimiento.
  • La mano baja lateralmente, un poco inclinada hacia abajo.
  • El dedo meñique ingresa primero y sale último del agua, aunque esto puede variar según el nadador.

La patada en la técnica del estilo espalda

El movimiento de las piernas en el estilo espalda es relativamente sencillo, aunque hay ciertas cuestiones que considerar. En primer lugar, las piernas permanecen extendidas, al igual que los tobillos.

La acción se inicia desde las caderas, como si se tratara de un látigo. Siempre con las rodillas bajo la superficie del agua, se deben batir alternadamente para lograr la propulsión.

Cuando se llega al final del movimiento descendente de la pierna estirada, se debe flexionar la rodilla para comenzar el recobro. Mientras tanto, el pie opuesto comienza la patada hacia abajo.

La respiración al nadar de espaldas

A diferencia de otros estilos en este deporte, la técnica del estilo espalda no demanda ningún movimiento específico para que el nadador pueda salir a respirar. Al permanecer con el rostro fuera del agua todo el tiempo, puede hacerlo cuando le resulte cómodo.

No obstante, sí se aconseja mantener un ritmo constante. Es decir, por ejemplo, tomar como referencia una respiración cada dos ciclos de brazadas. Esto permite un mejor control del gasto energético e impide el agotamiento antes de tiempo. Un consejo útil: exhala cuando el brazo salga del agua, para no salpicarte la cara.

La técnica del estilo espalda es complicada, pero podemos aprenderla con la práctica.

Salida y viraje

Estas son dos cuestiones muy específicas, y sobre todo se aplican a los nadadores que participan en competencias. La salida se realiza desde el agua y consta de varias fases: preparación, impulso contra la pared, vuelo, entrada al agua, deslizamiento y propulsión.

En cuanto al viraje, son muchos los aspectos que se deben tener en cuenta, y se trata de un movimiento que requiere muchísima práctica. Para efectuarlo, se permite girar a la posición ventral (la de crol) y se debe volver inmediatamente a la de espaldas al iniciar el impulso contra la pared.

En síntesis, podemos afirmar que el de espalda es un estilo bastante parecido al crol. La diferencia más importante radica, evidentemente, en la posición del cuerpo. Se trata de una modalidad desafiante y que toma mucho tiempo perfeccionar. ¿Te animas a intentar dominarla?

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