Estamos muy acostumbrados a ver tocar 'de memoria' a muchos músicos, entre ellos a los guitarristas. De hecho, tocar con partitura o cualquier otro material que nos ayude a desarrollar la actividad musical sin tener que depender únicamente de la memoria puede llegar a estar incluso mal visto, según qué estilos musicales.
Por ejemplo, a todos nos parece normal que los músicos de una orquesta sinfónica toquen con partitura. Sin embargo, si vemos a un músico de rock salir al escenario con sus papeles en un atril nos parece un tanto fuera de lugar.
Pero ¿por qué en unos casos es más habitual tocar de memoria que en otros? Y, lo que es más importante, ¿todo lo que se toca se memoriza de igual manera? La memoria es una herramienta muy útil, pero si no se usa correctamente puede jugarnos malas pasadas. Por eso, como cualquier otra herramienta, tocar de memoria la guitarra tiene sus ventajas e inconvenientes.
Aprender a tocar de memoria vs. razonar
Este es, sin duda, uno de los temas más llevados y traídos del aprendizaje en general. Evidentemente, no se puede prescindir de la memoria a la hora de aprender, pero la cuestión radica en cómo se produce esa memorización.
La mayoría de los textos que podemos leer sobre el tema se refieren a la adquisición de conocimientos generalmente por medio del lenguaje escrito. Por extensión, podríamos decir entonces que con la música pasa exactamente lo mismo, ya que también es un lenguaje. Efectivamente, es posible establecer esa analogía, pero hay que tener en cuenta ciertas peculiaridades de la música práctica.
La posición comúnmente aceptada sugiere que aprender razonando lo que se estudia es más útil que aprenderlo de memoria. ¿Pero cómo aplicamos esto a la práctica guitarrística? ¿Se puede razonar lo que estamos leyendo cuando lo que leemos es una partitura musical? Antes de contestar a esta pregunta veamos cuáles son los tipos de memoria involucrados en la práctica guitarrística.
Tipos de memoria
Son varios los tipos de memoria involucrados en la memorización de la música a la hora de interpretarla, pero los dos más importantes se denominan memoria declarativa y memoria procedimental.
- Memoria declarativa: es la encargada de fijar datos como fechas y nombres o estructuras más complejas como pasajes de poemas, las notas de una melodía, etc. En la práctica musical nos puede servir para memorizar lo que tocamos, aunque sean piezas de larga duración.
- Memoria procedimental: probablemente, es la más importante en el proceso de la interpretación musical. Es la que nos permite memorizar secuencias de movimientos, se podría decir que es una especie de 'memoria muscular'. Gracias a ella nuestros dedos saben dónde tienen que colocarse en el mástil de la guitarra para producir una nota.
El proceso de codificación
He aquí el quid de la cuestión. Cuando al principio del artículo decíamos que no es habitual que un músico de rock toque con partitura es porque en general no la necesitan. ¿Quiere decir esto que es más fácil memorizar un tema de rock que una pieza de música clásica? En realidad no, la diferencia está en que el procedimiento de memorización es diferente.
Generalmente, un músico de rock o pop e incluso de flamenco no memoriza todas las notas que toca, sino que memoriza pequeñas estructuras. Esas pequeñas estructuras pueden ser progresiones armónicas o pequeños motivos melódicos. Todo lo demás que tocan lo hacen gracias a la experiencia acumulada.
Por ejemplo, podemos memorizar una secuencia de acordes y luego tocarlos de muchas maneras: rasgueando, arpegiando, etc. Otro caso típico es el de los solos de guitarra, si escuchamos al mismo guitarrista en dos conciertos en directo, lo más probable es que los solos que ejecute sean ligeramente diferentes, sobre todo si de un concierto a otro ha pasado cierto tiempo.
Un guitarrista profesional memoriza como mucho ciertos giros melódicos del solo y luego las escalas que va a utilizar, pero no memoriza todas las notas. Esto sería el equivalente a comprender lo que se lee cuando estudiamos un texto escrito.
¿Dónde está el error de tocar de memoria?
El problema viene cuando repetimos una y otra vez una partitura sin analizar lo que tocamos. De esta manera estamos forzando la memorización por medio de la repetición. Se crea, por tanto, una secuencia de movimientos que son memorizados uno detrás de otro, de manera que si nos atascamos en un punto existe una alta probabilidad de que no consigamos seguir.En resumen, podemos decir que, dado que la práctica musical exige la repetición sistemática, la memorización se produce incluso aunque no sea nuestra intención. Por eso es tan importante tratar de analizar y comprender lo que se está tocando desde un primer momento para que lo que tocamos se asiente correctamente en la memoria y podamos revivirlo con claridad siempre que queramos.