Para todo ser humano es importante poder conectarse con el mundo y el entorno a través de las vibraciones positivas, lo mismo que mantener una rutina sana energéticamente que no esté alterada por malestares o ruidos ajenos a tu esencia interior.
Debe existir un balance para que las personas alcancen la plenitud, la calma y la paz desde la consciencia del yo en relación con el exterior y, además, debe ser un balance equilibrado.
Muchas veces el ritmo de la sociedad actual provoca que las personas creen una especie de escudo o un caparazón para protegerse de la realidad y conseguir un poco de tranquilidad. Este mecanismo de defensa en cierta manera permite aislarse.
En algunas ocasiones pueden aparecer los vacíos, la soledad y la tristeza, al igual que muchos miedos e inseguridades. Cuando esto ocurre, existen diferentes mecanismos que nos permiten avanzar y dejar atrás los momentos más difíciles.
Caminos para conectar con tu esencia interior
La meditación
La meditación es una herramienta con la que la humanidad ha contado desde tiempos inmemoriales. Bien utilizada, es una vía rápida para alcanzar tu esencia interior, pues crea un vínculo energético entre el alma y el cuerpo del individuo.El objetivo fundamental de esta sencilla práctica no es solo la distracción o la mera desconexión del día a día, lo primordial es conseguir un estado de paz y armonía en consonancia con el yo y el entorno.
Cuando todo parece estar en contra, la meditación es la mejor manera de generar, desde el propio ser, sentimientos y energías positivas. Una búsqueda que se realiza sin tener que ‘salir a ninguna parte’, se trata de respuestas que nacen y viven dentro de cada persona.
La práctica frecuente de la meditación permite a la mente analizar cada situación con la debida calma, poniendo siempre en primer lugar la felicidad personal. Al mismo tiempo, el pesimismo y los pensamientos negativos dejarán poco a poco de tener cabida.
El ego: ¿aliado o enemigo?
Es también vital entender que el ego cumple una función protectora. Sin embargo, siempre será necesario mantenerlo bajo control para evitar que pueda convertirse en un elemento que distorsione la realidad.Si la identificación constante que hace una persona va en función de su propio ego, es fácil que se pierda la posibilidad de entablar relaciones fructíferas. El valor que tiene cada individuo por sí mismo terminará dejándose de lado.
Es por ello que lo recomendable siempre será evitar las etiquetas que la sociedad impone. Calificaciones que parten desde las creencias religiosas y las inclinaciones políticas hasta las ‘filiaciones’ deportivas.
Tomarse una pausa, respirar y desintoxicarse
Al vivir en una sociedad rodeados de millones de distracciones, los seres humanos deben tomarse un tiempo para alejarse de todo ambiente tóxico y ruidoso. La mente y el cuerpo deben tener su espacio de equilibrio.Las toxicidades y la ansiedad que se acumulan en el trabajo, al circular por la calle o al tramitar cualquier documento no hay que asumirlas como propias. Si bien son situaciones que inevitablemente toca enfrentar, no definen a las personas.
Cada ser tiene un yo superior, lo que algunos llaman el líder interno. Puede catalogarse como herramienta de vida. Es una energía más allá del individuo, capaz de dar seguridad y protección. Este yo superior viene a representar una guía que canaliza de forma positiva las energías de alrededor así como las propias
¿Cómo aprender a confiar en la intuición a la hora de conectar con tu esencia interior?
Una de las herramientas para alcanzar la paz interior es el autodescubrimiento. Por eso es preciso prestar atención a las voces que muchas veces parecieran salir desde el alma.Utilizando esa voz interior denominada intuición, las personas puede darse el permiso por primera vez de sentir realmente sus propias necesidades, dejando en un segundo plano los deseos y los intereses de terceras personas.
Para lograr esta conexión con tu esencia interior y mantener la armonía y el equilibrio, las horas de sueño y descanso son imprescindibles. Es absolutamente imperativo concederse un rato cada día a uno mismo.