Si el aprendizaje para tocar instrumentos no nos hiciera sentir bien, probablemente nadie lo haría. Una cosa es cierta: el hábito de tocar la guitarra es beneficioso para tus procesos psicológicos y emocionales. Esto es mucho más valioso que los innumerables retos que nos plantea esta actividad.
Desde la disminución del estrés y pasando por nuestros procesos de aprendizaje, con las guitarras solo hay estimulación mental positiva. Veamos todo lo bueno que hay detrás de las seis cuerdas:
Lucha contra el estrés
Cuando nos disponemos a tocar la guitarra, generalmente nos apartamos de las dificultades de la cotidianidad. Este instrumento es una buena vía de escape y nos permite concentrarnos en nosotros mismos. Básicamente, al ensayar podemos dejar a un lado nuestras preocupaciones.Con cada avance sentiremos que alcanzamos logros. Aunque parezca mentira, el impacto que tiene esto en nuestra autoestima es considerable, desde componer una canción hasta lograr hacer un solo de Slash; el rato en que tocamos la guitarra puede significar una recompensa para cualquiera.
Favorece la coordinación
Para quien no coordina bien sus movimientos o le cuesta controlar las manos, con la guitarra se podrán mejorar las habilidades motoras. Tocar instrumentos de cuerda implica seguir secuencias controladas de operaciones con las manos y los dedos. La habilidad, fuerza, resistencia y el control se abordan con la práctica de la guitarra.Estos beneficios, a su vez, mejorarán la habilidad general que tenemos en nuestros brazos, manos y dedos. Incluso trabajamos el pulso y el agarre, ambas funciones motoras importantes en el ser humano. Los resultados serán apreciables en muy poco tiempo.
Se potencia la agilidad mental
El aprendizaje para tocar guitarra implica poner a prueba nuestro proceso de memorización. Quienes tocan la guitarra invierten tiempo en memorizar acordes, posiciones, punteos y secuencias musicales.Al igual que ocurre con algunos deportes, los guitarristas se acostumbran a pensar más rápido; esto influye a nivel de respuesta corporal y también intelectual.
Desarrolla la creatividad
Una excelente forma de estimular nuestros procesos creativos es tocar la guitarra. Con ello, no solo seguimos patrones: también los creamos.La composición es creatividad en estado puro. Una vez que aprendemos arpegios y acordes podemos crear melodías y canciones enteras a partir de nuestras propias nociones. No todos los practicantes lo hacen, pero la mayoría se aventuran a la experiencia creativa.
Mejora el proceso de socialización
Las personas con dificultades para relacionarse pueden encontrar mejores respuestas de socialización en la guitarra. El hecho de tocar el instrumento nos aporta mejores elementos para relacionarnos con otras personas. El conocimiento teórico y práctico nos incorporará a grupos sociales donde la música sea el tema principal.Añadido a esto, a todas las personas les gusta la música y las canciones. Ahora tendremos una nueva habilidad que mostrar a quienes nos rodean y esto puede ser muy atrayente. Muchos expertos sostienen que, efectivamente, tocar la guitarra propicia una mayor integración social.
Trabaja la concentración
En ocasiones, a todos nos cuesta mantener la atención durante cierto tiempo. Esto lo vemos mucho en algunos niños, cuando deben hacer sus labores de estudio. Los padres con hijos que tengan este reto pueden probar iniciándoles en clases de guitarra.Evidentemente, no es lo mismo concentrarnos en algo que nos parece tedioso que en algo que nos despierta interés. Sin embargo, hacer lo segundo nos estimulará a mejorar nuestra atención en todas las actividades que desempeñemos. La concentración es una faceta que también se estimula.
Más allá del ocio
Ya hemos visto muchos de los beneficios y efectos de aprender a tocar un instrumento. Pero este logro va mucho más allá de la realización propia y la distracción. El hecho es que escuchar el sonido de las cuerdas nos estimula cerebral y anímicamente; la armonía tiene un efecto poderoso en el ser humano.Para poder llegar a ese estado de equilibrio, en primer lugar debemos practicar y dominar el instrumento. Lo importante es que, como ya sabes, se trata de algo más que de un simple pasatiempo para ratos de ocio.