Conoce el laúd, un antepasado de la guitarra

Conoce el laúd, un antepasado de la guitarra

La historia de la guitarra es la de un instrumento con un largo pasado en el que muchos otros instrumentos han aportado una parte de sus características hasta conformarla tal y como la conocemos hoy. Uno de ellos es el laúd, otro instrumento de cuerda pulsada que vivió una época de esplendor entre los siglos XIV y XVII. Junto con la vihuela, el laúd es uno de los antepasados más importantes de la guitarra.

Orígenes del laúd

Se le considera descendiente de los instrumentos de cuerda más antiguos conocidos, las cítaras. Llegó a España a través de los músicos árabes durante la ocupación de la península. Estos músicos tocaban un instrumento denominado al-ūd u oud, que es muy similar al laúd europeo.

El oud tiene una caja de resonancia algo más grande que la de un laúd europeo y generalmente cuenta con un bordón y cuatro cuerdas dobles (órdenes). Otra diferencia entre ambos es que el oud no tiene trastes, lo que facilita la interpretación de la música árabe, que utiliza en sus melodías intervalos de cuarto de tono.

Fisonomía del instrumento

Detalle de un laúd

Si lo comparamos con una guitarra, una de las principales diferencias es la caja de resonancia. Ambos instrumentos tienen una tapa armónica sobre la que se sujetan las cuerdas y que es responsable de la calidad y cantidad del sonido. Sin embargo, a diferencia de la guitarra, el laúd no tiene ni aros ni fondo.

La caja del laúd tiene forma de media pera y está formada por duelas (podríamos decir gajos de madera). La boca del laúd normalmente está adornada con un rosetón tallado en la madera y podía tener hasta tres bocas.

El clavijero formaba un acusado ángulo con el mástil y contenía clavijas de madera para afinar las cuerdas. Las cuerdas eran de tripa, así como los trastes, que eran cuerdas anudadas al mástil y, por tanto, eran trastes móviles.

Técnica musical e interpretativa

La tradición europea establece que el laúd se debe tocar con los dedos, a diferencia del oud, que se toca con plectro. Generalmente, los intérpretes utilizan las yemas de los dedos en lugar de las uñas, como es el caso de los guitarristas.

También la técnica de la mano derecha es diferente, utilizan una técnica denominada figueta, que consiste en la alternancia del dedo índice o medio con el pulgar. La forma de plasmar la música para tocar era la tablatura, que es un sistema de notación específico de los instrumentos de cuerda pulsada.

El laúd renacentista

Laúd renacentista

Durante el Renacimiento, el laúd adquirió una gran fama. Se convirtió en el instrumento de moda que tocaban muchas personalidades de la alta sociedad, incluidos miembros de las monarquías. En España, sin embargo, fue desplazado por otro instrumento de la misma familia, la vihuela. En esta época los laúdes solían tener cinco órdenes dobles, mientras que la primera cuerda era simple.

Aunque la vihuela le restó protagonismo, lo cierto es que convivieron e incluso compartieron repertorio, puesto que la afinación de ambos instrumentos era la misma. Se afinaba por cuartas al igual que la guitarra, menos el intervalo entre la tercera y la cuarta cuerdas, que era de tercera.

Grandes compositores de la época como Giovani Girolamo Kapsberger, Francesco da Milano o John Dowland escribieron obras para este instrumento.

El laúd en el Barroco

Laúd barroco

El laúd se continuó utilizando durante el Barroco, incorporando algunas pequeñas variaciones en su construcción. La principal diferencia respecto a los anteriores fue que se le incorporaron más cuerdas y llegó a tener hasta diez órdenes.

La caja de resonancia también se hizo sensiblemente mayor. Este cambio obedecía a otro cambio que se estaba produciendo en la música, ya que se pasó de la práctica modal a la práctica tonal. En la práctica tonal se daba mucha más importancia a los acordes y los lutieres buscaban instrumentos con una mayor sonoridad y un registro más amplio.

A todos estos cambios contribuyó de forma decisiva que compositores de la talla de Silvius Leopold Weiss o Johan Sebastian Bach escribieran importantes obras para él.

El laúd en nuestros días

A partir de la época clásica, la popularidad del laúd decayó rápidamente para dejar paso a otro instrumento que se convertiría en el protagonista de la escena musical durante mucho tiempo: el piano.

No fue hasta el siglo XX cuando se empezó a sentir la necesidad de rescatar las tradiciones musicales europeas. Se recopilaron tratados, fuentes o repertorios y se estudiaron y reprodujeron los instrumentos antiguos, incluido el laúd.

Hoy existe gran cantidad de información sobre la forma de hacer música y sobre la propia música de aquellas épocas. De hecho, muchas agrupaciones se dedican a interpretar y grabar dichos repertorios.