Hay personas que han tenido la suerte de venir al mundo con un oído prodigioso. Por lo tanto, son capaces de reconocer sonidos e identificar notas con una facilidad que asombra. Sin embargo, a la mayoría de los mortales esta capacidad les lleva tiempo de entrenamiento para agudizarla. Te presentamos algunas técnicas para tener un mejor oído musical.
Puede que, si no estás metido de lleno en el mundo de la música, te preguntes para qué sirve tener un oído musical desarrollado. En primer lugar, tener esta habilidad permite a un músico identificar una nota con tan solo escucharla, sin ninguna otra referencia más que su propio sentido.
Asimismo, es posible que se dé el camino inverso; es decir, el oído musical —a menudo también llamado oído absoluto— ofrece la posibilidad de producir un sonido específico sin referencias. Esta emisión puede ser mediante el canto o la ejecución de un instrumento.
Técnicas para entrenar el oído musical
Como mencionamos, hay quienes nacen con esta habilidad; por ejemplo, es algo común en niños autistas o en quienes padecen el síndrome de Williams. También se ha detectado en niños que padecen el conocido síndrome del sabio.Más allá de estos casos, esta capacidad de reconocer y memorizar sonidos específicos puede ejercitarse. Desde luego, se necesita mucha concentración, práctica y constancia para agudizarlo, pero se trata de algo perfectamente viable con trabajos como los que aquí presentamos.
1. Enfócate en lo que quieres escuchar
Una buena manera de comenzar este proceso es poniendo el foco en un instrumento determinado al escuchar una canción. Por ejemplo, la próxima vez que oigas una pieza musical que te guste, trata de centrarte exclusivamente en la guitarra o en la percusión.
De este modo, tendrás una noción mucho más completa de los sonidos que conforman a esa pieza, y de los que genera cada músico en particular. A la hora de componer y grabar, esta arista del oído musical puede ser muy útil. Aprovecha cada rato libre para analizar canciones, sus estructuras y las combinaciones de sonidos.
2. Conoce a fondo cada nota
Otro ejercicio básico para mejorar el oído musical consiste en escuchar repetidamente una nota hasta aprenderla casi a la perfección. Cuando la tengas y seas capaz de recordarla, prosigue con otra.Muchos aconsejan conectar cada nota con una sensación, recuerdo o emoción en particular. Hasta puede que te evoque a otro sonido. Entonces, si una nota grave te transmite firmeza o seguridad, o si por otro lado una nota aguda te transmite armonía y suavidad, usa estas conexiones mentales a tu favor.
3. Practica reconocer notas
Al igual que cuando se aprende a cantar o a tocar un instrumento, el reconocimiento y la reproducción de tonos, escalas, intervalos, acordes y otras variaciones se hace principalmente a través de la práctica.Una técnica efectiva para practicar es centrarte en una nota particular. Cuando la tengas aprendida y te creas capaz de reconocerla, pídele a un compañero que toque notas con su instrumento al azar; en el momento que pase por la apuntada, dile que pare y fíjate si acertaste.
4. Intenta reproducir notas
Vendría a ser lo opuesto al camino anterior. Muchas veces, oímos los sonidos que nosotros mismos producimos de manera totalmente distorsionada. ¿No te ha pasado escuchar tu voz en un vídeo o una grabación y a duras penas darte cuenta de que eres tú?Lo que debes hacer para cerciorarte de que eres capaz de producir un sonido específico —desde luego, debes elegirlo y estudiarlo bien antes— es pedirle ayuda a otra persona.
Por supuesto, debe tener conocimiento musical, ya que su tarea será la de verificar que lo hagas bien, sea con tu instrumento o cantando. También es aconsejable que te grabes y lo compruebes tú mismo.
Otro ejercicio recomendable consiste en probar diferentes instrumentos. Por ejemplo, escoge una nota y tócala en la guitarra, la flauta, el teclado y el bajo. ¿Qué diferencias observas entre estos sonidos?
Una herramienta fundamental para el progreso
Antes de finalizar, cabe destacar que algunos instructores distinguen el oído musical antes explicado del oído absoluto. Este último implica el recuerdo y la identificación de notas con tan solo oírlas.
Para ellos, el oído musical compone algo más profundo. Está ligado a la capacidad de recordar melodías musicales como un todo, y no de manera tan específica como la anterior. Incluye, asimismo, el potencial para reproducir música mentalmente, aunque no se la esté escuchando, y para dotar de sentido musical a sonidos aislados.
En cualquiera de las dos interpretaciones, un músico con un oído musical preparado será capaz de reconocer al instante un error al cantar, o también si su instrumento no está debidamente afinado. Se trata, por lo tanto, de una cualidad que debería estar en el repertorio siempre que sea posible. ¿Por qué no empezar a trabajarla con tiempo?