Aprender a desaprender supone un avance prodigioso en la propia autorrealización. Esta expresión que por sí misma nos puede parecer extraña y hasta contradictoria, encierra en sí misma un un pilar casi imprescindible en todo proceso de desarrollo personal.
Pensemos en ello. Preguntémonos por ejemplo, qué hace que respondamos de un modo determinado ante los desafíos y problemas de la vida. Profundicemos un poco más e indaguemos también en nuestros patrones de comportamiento y pensamiento. Muchas de esas dinámicas son el resultado directo de nuestra crianza, educación, experiencias previas y hasta del contexto social que nos envuelve.
Todas estas influencias han condicionado gran parte de lo que somos pero no de lo que somos o podemos llegar a ser. Por tanto, si deseamos un cambio, si buscamos alcanzar el éxito, la felicidad o la simple satisfacción en uno mismo, en ocasiones hay que hacerlo: debemos desaprender. Hay que dejar ir viejos esquemas, enfoques obsoletos, pensamientos limitantes y todo es lastre que mina nuestra libertad y capacidad de crecimiento.
“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender”
-Alvin Toffer-
Desaprender: un acto de valentía y convicción
Para comprender los mecanismos del arte de desaprender, debemos profundizar primero en el cerebro humano. Es muy posible que en alguna ocasión hallamos leído o escuchado aquello de que este órgano, va perdiendo funcionalidad con el paso de los años. Que las neuronas mueren, que a lo largo de nuestro ciclo vital perdemos todo ese potencial que presenta, por ejemplo, el cerebro de un niño de 3 o 5 años.
- Bien, debemos tener claro un primer aspecto. Una de las características más asombrosas del cerebro es la neuroplasticidad. ¿Qué significa esto? Básicamente que cada uno de nosotros somos sus escultores de este órgano sensacional, que cada día podemos seguir generando nuevas conexiones para conformar un cerebro fuerte, flexible y con una gran reserva cognitiva.
- En el curso de Ismael Cala descubriremos que nuestro pasado, educación o las influencias recibidas a lo largo de nuestra vida no tienen por qué definirnos. Nosotros creemos, nosotros creamos. Por tanto, en ocasiones hay que desaprender para dejar espacio a aprendizajes nuevos, esos que nos permitirán incentivar la neuroplasticidad, sustituir viejos enfoques por nuevas perspectivas y mejores recursos cognitivos.
- Desaprender es un acto vital para sobrevivir en un mundo cambiante. Es una acto que exige valentía, la convicción de quien cree firmemente en su progreso como ser humano y desea transformarse, dar un paso hacia su auténtico yo.
Programación Neurolingüística (PNL)
Para quien nunca haya oído hablar de la Programación Neurolinguística cabe decir que hará un descubrimiento altamente satisfactorio. Ismael Cala nos va guiar en este enfoque de comunicación y desarrollo personal para aprender aspectos tan valiosos como interesantes.- Para empezar, la programación neurolingüística es un modelo de comunicación que nos facilita una serie de herramientas para generar un cambio en positivo.
- Lo que nos propone es aprender a desaprender. Para ello, la PNL nos enseñará a modificar la forma en que nos comunicamos, así como a derribar esos patrones mentales afianzados en esquemas obsoletos, esos influenciados por la educación, la cultura, la inseguridad...
- La programacion neurolingüística nos anima a reprogramar el pensamiento para crear así una huella neurológica. Esa variación en nuestros enfoque y en nuestros proceso cognitivos, cambiarán también nuestra percepción del mundo. Captaremos las cosas de otro modo a través de nuestros sentidos y nos comunicaremos a su vez de una forma mucho más efectiva, impactante y positiva.
- Cada uno de nosotros hemos conformado un "mapa" de lo que a nuestro parecer, es la realidad que nos envuelve. Ser capaces de modificar "partes" de ese mapa para trazar un plan de ruta hacia el crecimiento personal y el bienestar, debe ser sin duda uno de nuestras prioridades más vitales.
Para concluir, no podemos dejar de lado que una de las esencias más básicas de toda organización, empresa o sistema que aspira a la expansión y el crecimiento. Es ni más ni menos que integrar en sus bases un proceso: el de desaprender para reaprender de forma constante. Solo así se mantienen a flote, solo así se renuevan con optimismo y determinación para seguir avanzando.
Es momento de que también nosotros lo hagamos. Es instante idóneo para reprogramar nuestro cerebro sirviéndonos de nuestro potencial y plasticidad, para orientarlo así hacia un cambio más elevado y feliz.
