La seguridad para la natación bien aplicada puede prevenir ahogamientos.

Medidas de seguridad para la natación

Sea cual sea la finalidad por la que un individuo asiste a una piscina pública, hay ciertos derechos y obligaciones que han de cumplirse para velar por el bien de todos. En el caso del ámbito deportivo, las medidas de seguridad para la natación tienen como objetivo el normal desarrollo de esta disciplina.

Seguridad básica en las piscinas

La Federación Internacional de Natación (FINA) establece claramente en su última edición del reglamento de instalaciones de natación que todas las entidades que posean piscinas para uso público deben cumplir con la legislación vigente en dicho país en materia de seguridad para estas instalaciones.

En primer lugar, la presencia de los socorristas es siempre fundamental, incluso en piscinas que se utilizan para el entrenamiento deportivo. El deportista, al comenzar a ejercitarse, debe estar seguro de que este profesional se encuentra en el lugar y de que ha advertido su presencia.

Estos deben contar también con los materiales necesarios para llevar a cabo su función en caso de emergencias. Asimismo, debe haber a disposición de los usuarios materiales de prevención como tablas, flotadores para niños y salvavidas.

La higiene también es parte de la seguridad para la natación

Mujer poniéndose gafas de natación

Toda persona que utiliza las instalaciones de una piscina pública debe contar con una aprobación médica en la que se declara que está libre de afecciones de la piel (como la micosis o la pediculosis). Asimismo, deben abstenerse de ingresar a estas aguas aquellos que padezcan enfermedades contagiosas, como son las virales.

Otras acciones obligatorias incluyen ducharse antes y después de la estancia en la piscina, el uso de gorras de natación y, por supuesto, ser respetuoso con los demás nadadores. No correr ni lanzarse desde espacios prohibidos, así como no ingresar al recinto alimentos o bebidas —y menos en envases de vidrio— también son detalles que contribuyen a la seguridad para la natación.

Incluso en competicione profesionales

A nivel competitivo y profesional, la natación en aguas abiertas es probablemente la modalidad más arriesgada, y es por eso que deben tomarse medidas de seguridad específicas. Por ejemplo, estos deportistas utilizan boyas de seguridad y son seguidos por embarcaciones con especialistas que se encargan de que todo se desarrolle con normalidad y de manera segura.

Deportista practicando natación en aguas abiertas

De igual modo, los nadadores que compiten en distancias largas como los 5000 metros tienen permitido abandonar el agua por motivos de seguridad si es necesario, aunque el tiempo que registran incluye esta parada.

Ahora bien, también en recintos cerrados se toman acciones preventivas para evitar malos tragos y cumplir con la seguridad necesaria para la natación. Como ya se mencionó, la presencia de profesionales de la salud que sepan prestar primeros auxilios es siempre importante.

De no cumplirse las medidas de seguridad para la natación establecidas por la entidad organizadora (sea la FINA o una federación nacional o regional), los oficiales tienen la potestad de posponer o suspender el inicio de una competencia.

Asimismo, el nadador debe cuidar su físico antes de entrenar o competir. Para ello, es vital calentar antes y estirar al finalizar la actividad. También tiene una importancia central el hecho de contar con una rutina de entrenamiento debidamente preparada y supervisada por un profesional de la actividad física.

Seguridad para la natación infantil

Al hablar de la natación infantil, queda claro que las medidas de seguridad deben reforzarse todavía más. En este sentido, un punto clave es la supervisión constante de un adulto. De ninguna manera pueden quedar los niños en el agua sin alguien que los vigile, aunque sea por un minuto.

Niños aprendiendo a nadar

Además, es importante ser sumamente precavidos con los lugares desde donde los niños saltan al agua para evitar golpes. Si se trata de niños todavía en fase de aprendizaje, estos deben usar el equipamiento necesario, como mangas o chalecos salvavidas.

Si se usan estos elementos, el niño no debe lanzarse a la piscina desde una superficie superior. Esto podría generar que el elemento de seguridad se salga o se rompa. Otra posibilidad es que lastima la piel del pequeño por el roce.

Además, es muy importante avanzar progresivamente en cuanto a la dificultad y a las exigencias de las clases, para así evitar también que se asusten o que asocien esta actividad con pensamientos negativos.

Finalmente, también debemos considerar medidas preventivas básicas para todas las personas: esperar unas horas después de comer para ir a nadar, usar protector solar si se realiza la actividad al aire libre, hacer un calentamiento previo a conciencia y estirar al finalizar el entreno. ¡De esta forma podremos nadar de manera segura y sin riesgos!

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