Todo sobre la natación en aguas abiertas

Al pensar en la natación como deporte, inmediatamente nos imaginamos una piscina olímpica y cada deportista avanzando por su carril. No obstante, también existe otra modalidad de esta disciplina que demanda mucha técnica y un estado físico superlativo: la natación en aguas abiertas.

En líneas generales, no se suele contar con mucha información acerca de este deporte. Lo vemos en los Juegos Olímpicos o en otras competencias internacionales, pero no suele ser una alternativa en la práctica para muchas personas.

No obstante, conocer sus particularidades nos podría generar interés por la natación en aguas abiertas, e incluso podríamos darle una oportunidad. Se trata de un deporte muy desafiante, que nos dedicaremos a analizar en profundidad en el siguiente artículo.

Aspectos básicos de la natación en aguas abiertas

Si nadar en una piscina representa para cualquier individuo un cambio de medio (del terrestre al acuático) que produce adrenalina y una posterior relajación, hacerlo en aguas abiertas podría considerarse un nivel todavía más elevado en este deporte. 

Si lo pensamos detenidamente, se trata de una de las actividades más antiguas que pudo haber desarrollado el hombre. Tanto como método para obtener comida como para defenderse de diversas amenazas, el hombre ha tenido que aprender a nadar para sobrevivir.

El escenario de la natación en aguas abiertas puede ser un mar, río, lago o una laguna. Estos lugares presentan otros requisitos que, en cierto modo, no son tan importantes en una piscina. Por ejemplo, varían la densidad y la temperatura del agua, el viento, el empuje de las olas, etc.

Estos cambios pueden facilitar o dificultar la tarea del nadador: mientras que en el mar la densidad del agua hace que sea más fácil flotar y podamos usar toda la fuerza para avanzar, nadar corriente en contra puede representar un verdadero escollo.

Nadar en mar abierto.

Asimismo, hay cuestiones técnicas que se deben considerar. Las más importantes son las brazadas más largas, la respiración para ambos lados (para tener varios puntos de referencia y no desviarse) y la relevancia de la patada para conservar el equilibrio.

Reglamento de las competencias

Las competencias en la natación en aguas abiertas suelen ser más largas. De este modo, podemos distinguir las siguientes modalidades:

  • 1500 metros: es la prueba más corta posible en esta disciplina.
  • 10 km: es la extensión de la maratón olímpica en aguas abiertas.
  • Pruebas internacionales: hay competencias que son mucho más largas, como la Maratón Santa Fe – Coronda, que se hace en Argentina y consta de 57 km, y muchas otras.

Entrenamiento y dieta en la natación en aguas abiertas

Las exigencias mismas de esta disciplina hacen que la preparación del deportista sea también más compleja. En primer lugar, el acondicionamiento muscular en lo que respecta a la fuerza, resistencia y flexibilidad es indispensable para alcanzar los objetivos pautados.

Más allá de esto, también es prioritaria la adaptación paulatina al medio; volvemos a indicar, en este sentido, que es absolutamente distinto a nadar en una piscina. Es de vital importancia estar siempre acompañados al nadar en aguas abiertas, ya que nunca sabemos qué nos puede llegar a suceder.

Los nadadores de competición en aguas abiertas hacen pasadas de fondo y también otras de velocidad. Además, llevan una dieta específica para satisfacer las demandas de su organismo para una actividad tan exigente.

Como el gasto energético es muy grande, casi un 60 % de las calorías diarias se obtienen a partir de alimentos ricos en hidratos de carbono. En tanto, las proteínas llegan a un 20 % aproximadamente; la porción restante es para las grasas, otra fuente de energía muy importante.

Además de esto, la hidratación es otra cuestión que no debe dejarse de lado. El nadador debe beber agua muy a menudo, sobre todo en las pruebas que superan una cierta cantidad de kilómetros de extensión.

La natación en aguas abiertas demanda una preparación especial.

Beneficios para la salud

Para el plano físico, la natación en aguas abiertas brinda muchos beneficios. En primer lugar, permite trabajar la fuerza y la flexibilidad para propulsarse pese a la resistencia del agua. No solo se demanda el esfuerzo de todos los grupos musculares, sino que incluso no se sufren las consecuencias del impacto al entrenar sobre el suelo.

Además, la exigencia aeróbica propia de esta disciplina hace que los pulmones y el corazón funcionen de manera más eficiente. Esto se traduce en una circulación de aire más efectiva y con mayores volúmenes de oxígeno.

Por otra parte, en cuanto al punto de vista mental y psicológico, la natación genera procesos neurológicos y hormonales en el organismo que estimulan la concentración, la memoria y otras capacidades cognitivas. Asimismo, se logra un estado de relajación muy positivo para la mente.

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