equipo de trabajo intentando ser asertivo

Ser asertivo, reclamar y defender de forma respetuosa

Ser asertivo ayuda a ejercitar el músculo de la autoestima. Favorece además el proceso del cambio, mejora nuestras relaciones sociales e impulsa la personalidad para sentirnos satisfechos, seguros de nosotros mismos. Esta habilidad social es para muchos de nosotros una cuenta pendiente, una dimensión que deberíamos mejorar tanto como nos sea posible.

Joseph Wolpe, psiquiatra experto en desarrollar múltiples técnicas cognitivo-conductuales, nos señala algo importante. A menudo, confundimos la asertividad con ser atrevido, resuelto, firmes en nuestras decisiones y comportamientos. Esta idea no es del todo correcta. De hecho, es común que muchas personas, en su afán por ser asertivos acaben siendo agresivos.

Por tanto, debemos recordar lo siguiente: ser asertivo no es solo defender los propios derechos. Es manejar con efectividad nuestras relaciones interpersonales. Es ver al otro como alguien con las mismas necesidades que uno mismo, alguien que también merece respeto. 

La asertividad conforma un conjunto de habilidades relacionales orientadas a garantizar nuestro bienestar social, profesional, afectivo y también psicológico. Entrenarnos por tanto en esta área del desarrollo personal es algo que todos podemos conseguir gracias a cursos como el de Ismael Cala.

«Da tu primer paso ahora. No es necesario que veas el camino completo. Solo da el primer paso. El resto irá apareciendo a medida que camines»

-Martin Luther King-

hombre trabajando en ordenador aprendiendo a ser asertivo

Ser asertivo, claves para reclamar y defender de manera inteligente

Imagina que en el trabajo te proponen un proyecto en el que todos parecen estar de acuerdo pero que a ti, no te convence. Imagina también que tu pareja está empezando a tener la costumbre de tomar decisiones por ti. Otro ejemplo, en tu familia es común que siempre acaben haciendo uso del chantaje emocional para conseguir que hagas determinadas cosas.

Estas son situaciones que ponen a prueba nuestra asertividad, tu capacidad no solo de poner límites, de reclamar y defender derechos. Es algo más, con unas buenas habilidades en esta materia lograríamos manejar dichas situaciones de manera inteligente, respetando a los demás, cuidando de nuestra identidad y fortaleciendo lazos.

Veamos por tanto algunas claves para lograrlo.

1. Frases empático/asertivas

Para ser asertivo hay manejar el lenguaje y el estilo de comunicación. Un modo de lograrlo es haciendo uso de frases asertivas que además, contengan esa base esencial de empatía donde reclamar desde el respeto. 

  • Lo siento, entiendo tu postura pero no estoy de acuerdo con esto.
  • No gracias, yo no comparto tu opinión pero respeto lo que me propones.
  • Aprecio lo que estás haciendo, pero te pido que prescindas de mí en ese asunto.
  • La verdad es que eso no me gusta demasiado, sé que es importante para ti, pero yo prefiero que…
  • Sé que esto supone un esfuerzo para ti, entiendo por lo que estás pasando. Sin embargo no comparto tu visión…

chico con su pareja intentando ser asertivo

2. La importancia del pronombre personal «YO»

A veces lo descuidamos. A menudo elegimos prescindir de nosotros mismos del lenguaje porque pensamos que es un acto de soberbia. Sin embargo, para ser asertivo es necesario que el pronombre YO aparezca de vez en cuando, y más cuando estamos reclamando o defendiendo algo.

  • Yo en este momento no veo oportuno ese tema.
  • Yo comprendo lo que me dices, pero creo que esto no es adecuado para mí.

3. Haz referencia a hechos concretos, evita los juicios

Tal y como señalábamos al inicio, hay personas que llevan al extremo la asertividad hasta el punto de generar comportamientos agresivos. Son los que se exceden defendiendo su punto de vista, los que caen en comportamientos narcisistas sin tener en cuenta a los demás.

Un modo de ser asertivo con respeto, sensibilidad e inteligencia, es evitar hacer juicios subjetivos y centrarnos en los hechos. Por ejemplo, si nuestro jefe, familia u otra persona nos pide que hagamos algo que no se ajusta a nuestros valores, no es acertado protestar con frases como «es que siempre me pides a mí lo más difícil o me lo pides a mí porque me respetas muy poco».

Debemos hacer uso de hechos concretos⇔ Yo no voy a hacer esto porque va en contra de mis valores, porque no me siento bien con ello y no estoy de acuerdo con lo que me propones.

Para concluir, algo que debemos entender es que ser asertivo no es precisamente fácil. A veces, nos excedemos y otras nos quedamos cortos. Se necesita una valiosa combinación de Inteligencia Emocional, habilidades comunicativas y empatía. Debemos entrenarnos, despertar esta valiosa competencia y un modo de lograrlo es mediante adecuados cursos como el que nos presenta Ismael Cala.

Demos el paso.

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