La guitarra es un instrumento que ofrece muchas posibilidades a la hora de su ejecución. De hecho, podríamos decir que existen tantos métodos como guitarristas en el mundo. Muchos de ellos se inclinan por el uso de la púa de guitarra; ¿conoces los beneficios de este complemento? ¿Cómo escoger el apropiado?
Ciertos guitarristas optan por tocar las cuerdas con sus propias manos. Si ves una persona con las uñas largas, probablemente sea alguien que ejecute este instrumento.
Sin embargo, hay quienes prefieren valerse de la púa o plumilla, una suerte de triángulo con esquinas redondeadas que se toma entre los dedos con la finalidad de pulsar las cuerdas.
La púa de guitarra se toma con la mano hábil para tocar las cuerdas, hacer que vibren y, en consecuencia, generar sonido. Desde luego, su uso no es obligatorio ni mucho menos para ningún estilo. No obstante, muchos guitarristas, y sobre todo quienes tocan la guitarra eléctrica, las utilizan con mucha frecuencia.
Ahora bien, está claro que su uso demanda ciertos conocimientos. Además, cada músico deberá elegir la que le resulte más apropiada, según su tamaño, forma, material y tipo. ¿Qué se debe saber para escoger la púa de guitarra correcta?
Tipos de púas
Estos elementos no solo difieren entre sí por su espesor, sino que también pueden estar compuestos de diferentes materiales. Las más conocidas y utilizadas son las púas de plástico y materiales derivados, pero existen otras, que variarán el sonido obtenido a partir de este importante factor.
Por ejemplo, las púas gruesas —como las de metal o madera— producen sonidos con mayor presencia, más brillantes. Es por eso que son perfectas para solos y punteos; suelen usarlas quienes tocan el bajo. Sin embargo, el desgaste que generan en las cuerdas es mayor con relación a otras más blandas.
Justamente estas últimas, entre las que se encuentran las púas de celuloide o policarbonato, sirven para producir una mayor gama de sonidos, aunque también resultan tonos más débiles. Por esa razón, se usan más para los rasgueos de acompañamiento.
Materiales
Entre los diferentes materiales con los que puede fabricarse una púa de guitarra, se destacan:
- Celuloide: Son las púas convencionales; muchos las eligen por su flexibilidad y duración. Pese a que pueden ponerse resbaladizas al usarlas prolongadamente, son las preferidas de un gran número de músicos.
- Madera: Se usan mucho en los estilos acústicos y también en el metal. Producen sonidos con un tono muy bien logrado, aunque se gastan fácil y suelen ser algo caras.
- Metal: Las hay de aluminio, plata, bronce, entre otros. Como generan desgaste en las cuerdas y hasta pueden dejar rayones, se usan solo para rasguear.
- Policarbonato: Son un poco más duras que las de celuloide. Son baratas, pero duran poco porque tienden a deformarse.
- Otros materiales: fieltro, concha de tortura, hueso, tortex, nylon, acetal, acrílico, piedra, etc.
Grosores
En cuanto a su grosor, las púas se clasifican en cinco categorías: extrafinas, finas, de grosor medio, gruesas y extragruesas. Mientras que las primeras pueden tener 0.4 mm o menos, las más gruesas tienen de 1.5 mm a 3 mm.
Púa de pulgar
Además de la púa convencional —la de forma triangular— también se puede distinguir la púa de pulgar. Como su nombre lo indica, esta se coloca en el dedo mayor y tiene forma de anillo. Cuenta con un diente que sobresale y cuya finalidad es la de pulsar los bordones mientras que los demás dedos tocan las cuerdas inferiores.
Cómo elegir la púa de guitarra correcta
No son pocos quienes se dejan llevar por las apariencias y, de ese modo, eligen la púa «más bonita» en vez de optar por la más funcional conforme a sus necesidades. En este sentido, la desinformación al momento de la elección puede costar cara.
La realidad es que son muchos los factores que pueden incidir al momento de optar por una u otra. Además del tipo de púa y su grosor, dependerá también el material de las cuerdas, las técnicas que usemos y, por supuesto, el sonido que queremos lograr.
En todo caso, lo primero será evaluar el uso. Si se pretende conseguir un sonido más armónico y con menos fuerza, mejor comenzar por las más finas. Desde allí, analizando los resultados, es posible ir subiendo el grosor progresivamente.
También es posible hacer el camino opuesto; es decir, si sabes que necesitas un sonido potente y con mucho cuerpo, ve directo a las púas más gruesas. En ambos casos, grabarte y comparar los resultados es una excelente estrategia.
En definitiva, es difícil afirmar taxativamente si es mejor el uso de la púa de guitarra o si, por el contrario, es más conveniente tocar con las uñas o las yemas. Cada músico tendrá sus preferencias basadas en el estilo que toque, las técnicas que aplique y, por qué no, la imitación a alguno de sus referentes.
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