Comúnmente conocido como delineador de ojo, el eyeliner es una herramienta indispensable para lograr un maquillaje completo y hermoso. A continuación, profundizaremos acerca de sus principales beneficios y las maneras más convenientes de utilizarlos.
En todo kit de maquillaje se debe contar con un eyeliner. Entre todos los elementos que podemos usar para maquillarnos, este se destaca por su capacidad de lograr una mirada llamativa, que podrá convertirse en el centro de atención o bien ser la frutilla del postre de un maquillaje vistoso.
¿Por qué es conveniente apelar al eyeliner?
Este producto tiene como principal misión realzar la mirada a partir del contorno de los ojos. No obstante, vale subrayar que con el término ‘realzar’ no nos referimos únicamente a ‘agrandar’.
Dependiendo de las características de cada rostro y del tipo de ojos de la persona, puede que la intención sea otra; es decir, es posible que se busque acentuar un rasgo o bien disimular alguna facción que no resulte beneficiosa.
Se trata de un recurso que nunca ‘pasa de moda’. De hecho, como sienta bien con cualquier estilo de maquillaje, casi se ha vuelto un indiscutible para cualquier mujer.
El eyeliner ofrece tantas posibilidades y variaciones que se puede utilizar perfectamente tanto para una jornada de trabajo como para una ocasión formal. Por supuesto, también le aportará mucho a un look nocturno.
En definitiva, el delineado de ojos permite darle una apariencia totalmente renovada a cualquier mirada, y hasta permite ‘modificarla’ según haga falta; esto implica darle un efecto de menor o mayor tamaño, más apagado, llamativo, etc. Otros productos, como las sombras y las máscaras, lo ayudan en este propósito.
Tipos de eyeliner
Con respecto a los diferentes tipos de eyeliner que podemos encontrar, se destacan el lápiz de madera, el rotulador y sus versiones en gel y en líquido. Cualquiera de ellas puede ofrecer grandes resultados, pero la aplicación dependerá más que nada del objetivo que se persiga.
Cómo aplicar el eyeliner
Está claro que es una técnica que todavía es algo esquiva para algunas mujeres. Esto es así principalmente porque su aplicación puede resultar algo complicada. A continuación, presentamos algunos trucos sencillos que te facilitarán la vida al usar el eyeliner:
- Delimita el trazo con cinta: Si te resulta difícil seguir la línea que deseas con el lápiz o rotulador, puedes delimitarla con una cinta de papel. Esta debe colocarse por encima de las pestañas superiores y por debajo de las inferiores. Así, dejarás la zona a pintar bien marcada y no podrás salirte de este molde.
- Comienza desde el lagrimal y ve hasta el inicio de la última pestaña. La línea debe ir de menor a mayor en cuanto a grosor.
- Para el rabillo: En la unión de los dos párpados, continúa la línea del inferior para pintar el rabillo. De este modo, se logra una línea ascendente, que brinda un acabado mucho mejor que si hiciéramos una continuación descendente.
- Si usas el eyeliner sobre el párpado inferior, el ojo quedará mucho más delimitado. Esto puede sobrecargar demasiado el rostro si el resto del maquillaje también busca el protagonismo, pero quedará muy bien si se lo usa con criterio.
- Para remarcar el eyeliner, es mejor optar por el rotulador o los pinceles con gel o líquido. Puedes, si te sirve, trazar una guía con el lápiz (que suele ser más suave) y luego rellenarla.
- Usa una cuchara como guía: Con el mango, puedes marcar la línea de finalización del delineado, a la altura del rabillo. Además, con la parte redondeada, podrás darle la curvatura deseada al trazo.
- Aplica una prebase antes de delinear: De este modo, los productos adherirán mejor y durarán más. Asimismo, la piel se verá más tersa. También se aplican sombras e iluminadores antes; la máscara va después.
- Sombras: Por lo general, el tono de las sombras se escoge basándose en el color de ojos, el tipo de maquillaje deseado y el contexto en el que se va a usar. No obstante, apelar por el mismo tono usado para el resto del rostro es un consejo casi infalible.
Qué es el tightliner
Dada la creciente tendencia a apostar por la naturalidad, la técnica del tightliner ha ganado cada vez más lugar. Consiste en el uso de un delineador para la zona interna del párpado superior.
Sus ventajas son varias: sirve para definir mucho más el contorno del ojo sin perder naturalidad y permite dar mayor volumen a las pestañas. Asimismo, es un complemento perfecto para las sombras, ya que les otorga una forma mucho más definida y delicada, siempre que se use con moderación y precaución.
Podemos concluir que, como uno de los elementos centrales de un rostro bello, la mirada posee varios accesorios con los que potenciarla. Está en nosotras saber aplicarlos y sacarles el máximo provecho. ¿Te animas a intentarlo?
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