Muchos padres optan por iniciar a los niños en la natación desde una edad temprana. Como bien sabemos, se trata de una disciplina con grandes beneficios para la salud. ¿Cómo puede ayudar su práctica al bienestar y desarrollo integral de los niños? Vamos a explicarlo.
Beneficios de la natación para los niños
En las siguientes líneas, nos dedicaremos a repasar las principales bondades de este deporte para los pequeños. Asimismo, veremos algunos consejos básicos para el momento de iniciarse en esta actividad.
Desarrollo motriz
Según publicaciones científicas, el medio acuático propicia el desarrollo de diferentes habilidades físicas en los niños, sobre todo cuando se practica la natación desde edades tempranas. En ese mismo estudio se sostiene que los únicos requisitos para que este proceso de aprendizaje pueda comenzar son el dominio de la sedestación, la bipedestación y la marcha independiente.
Con esta base, el niño puede adquirir posteriormente habilidades propias del medio acuático, como son las siguientes:
- Flotar.
- Impulsarse en el agua.
- Darse la vuelta.
- Controlar la respiración.
- Técnicas de nado básicas, como el ‘perrito’ o el estilo crol.
El tiempo que los niños tarden en adquirir estas destrezas dependerá en gran medida de las características individuales de cada uno. Por lo general, esta etapa tiene una duración de entre 18 y 60 meses, según la publicación de la Universidad Politécnica de Madrid mencionada anteriormente.
Bienestar físico
La natación puede ser una vía ideal para que los niños mantengan su cuerpo en buen estado. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la actividad física en la infancia ayuda a desarrollar la capacidad cardiorrespiratoria y las funciones musculares, conserva la densidad ósea y contribuye a prevenir la aparición de ciertas enfermedades, como las no transmisibles.
Según este organismo internacional, los niños deben realizar al menos 60 minutos diarios de actividad física de moderada a vigorosa. Dada su condición de actividad aeróbica y su bajo impacto en las articulaciones, la natación es, sin duda, una opción muy recomendable.
Socialización
Más allá de que cada persona se desempeña de manera individual en la piscina, la natación implica para los niños un espacio y un momento de contacto con otros pequeños. En una etapa en la que se encuentran descubriendo las relaciones sociales, hacerlo en un contexto recreativo y de diversión es más que positivo para ellos.
Beneficios mentales de la natación para los niños
Como veremos más adelante, los niños hacen más que desarrollar su físico cuando se enfrentan a la tarea de aprender a nadar. En el plano mental, ellos están asumiendo un desafío, con la constancia y el esfuerzo que esto implica.
Asimismo, también se adentran en una actividad totalmente nueva, que les supone la dificultad de luchar contra sus miedos e inseguridades. Que este trabajo mental se encare desde una edad temprana reportará también otros beneficios durante su crecimiento en años posteriores.
Seguridad
Más allá de todas las ventajas mencionadas previamente, no podemos dejar de lado el hecho de que saber nadar es una herramienta que una persona lleva consigo toda la vida y que la puede salvar de sufrir un ahogamiento. Ante esto, la natación surge ya no solo como un deporte más que recomendable, sino casi como una necesidad para prevenir sucesos desafortunados.
Aspectos importantes sobre la enseñanza de la natación
Ahora que sabemos por qué se trata de una disciplina tan recomendable para los niños, también es hora de que conozcamos algunos puntos importantes acerca de la metodología de enseñanza:
Miedos
Una de las funciones principales del adulto responsable de enseñar a nadar a un niño es la creación de un ambiente en el que el pequeño se siente protegido y seguro. No debemos obviar el hecho de que el medio acuático no es natural para las personas, por ende, la adaptación no resulta igual de sencilla para todos. La compañía de los padres puede ser de ayuda durante las primeras jornadas.
Progresión de los ejercicios de natación para niños
Sin excepción alguna, las primeras sesiones deberán incluir solamente actividades de adaptación. De este modo, los niños se pueden familiarizar con el agua y ganar confianza para comenzar a ejecutar acciones más difíciles con el paso del tiempo. El profesional a cargo será quien evalúe la duración de este período inicial.
El plano lúdico
Durante todo este proceso, el aspecto recreacional no puede dejarse de lado de ninguna manera. La idea es que los pequeños perciban este momento como una distracción, una parte divertida de su rutina. De lo contrario, se podría generar una aversión hacia la natación que produciría el efecto opuesto al que se está buscando.
En definitiva, estos son los beneficios de la natación en los niños y las claves para afrontar un aprendizaje exitoso. Más allá de ser una actividad recomendable, ten presente que lo principal es que ellos decidan realizarla y se sientan felices con ella. ¡Tu misión es alentarlos a dar el primer paso!
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