Grandes guitarristas: Francisco Tárrega

Los últimos años del siglo XIX y la primera mitad del XX fueron testigos del gran desarrollo de un instrumento que hasta entonces siempre había sido relegado a un plano popular. Grandes músicos de la época pusieron todas sus capacidades al servicio de la guitarra y consiguieron hacerle un hueco en las grandes salas de conciertos. Uno de los más reputados fue, sin duda, Francisco Tárrega.

Tárrega cultivó ambas facetas, de intérprete y compositor y cosechó gran fama en vida. Sus obras siguen siendo hoy día habituales en los repertorios de conciertos en todo el mundo. Y sus enseñanzas aún perviven en las manos de las posteriores generaciones de guitarristas. Hoy vamos a dedicar este artículo a uno de nuestros grandes guitarristas: Francisco Tárrega.

Breve biografía de Francisco Tárrega

Retrato de Tárrega

Francisco de Asís Tárrega Eixea nació en el Arrabal de Castellón el 21 de noviembre de 1852. A la edad de tres años cayó por accidente a una acequia y a consecuencia de aquello su vista se vio seriamente perjudicada. Su padre, temiendo que el día de mañana el niño se quedara ciego y como era costumbre en la época, le procuró una educación musical.

Así fue como con ocho años comenzó a estudiar guitarra. Se convirtió en un gran músico y guitarrista y prueba de ello es, por una parte, su gran actividad como concertista y, por otra parte, el alto nivel demostrado por sus alumnos de nombres tan conocidos entre los guitarristas como Emilio Pujol, Miguel Llobet o Daniel Fortea.

Su actividad como concertista le llevó a tocar por buena parte de la geografía europea. A finales de siglo ofreció numerosos conciertos en ciudades como París, Londres, Perpiñán, Niza, Granada, Sevilla, Cádiz, etc. Al mismo tiempo, desarrolló una importante labor como compositor escribiendo algunas de las páginas más celebres para este instrumento.

Francisco Tárrega falleció el 15 de diciembre de 1909 a causa de un derrame cerebral en Barcelona. Tenía apenas 57 años.

El Francisco Tárrega compositor

Sabemos que Francisco Tárrega fue un gran guitarrista a través de los testimonios de sus contemporáneos y por la cantidad de reseñas, programas, carteles, entrevistas, etc. que sus conciertos dejaron tras de sí. Sin embargo, dadas las fechas de sus conciertos, no pudo grabarse ninguna de sus interpretaciones (Edison patentó su primer fonógrafo en 1877).

Sala de Francisco Tárrega en el Museu de la Ciutat Casa de Polo de Villarrea - Millars / Wikimedia Commonsl (España)
Sala dedicada a Francisco Tárrega en el Museu de la Ciutat Casa de Polo de Villarreal (España)

Lo que sí conservamos es su gran obra como compositor. Su obra completa comprende unos 360 trabajos que se clasifican en 55 estudios, 35 preludios, 31 piezas originales y 175 transcripciones de obras de otros autores. A esto hay que añadir su producción didáctica, que incluye más de 300 ejercicios de mecanismos y 50 estudios técnicos.

Algunas de sus obras han alcanzado gran fama internacional, tal es el caso de composiciones como los Recuerdos de la Alhambra, el Capricho Árabe, las Variaciones sobre la Jota Aragonesa o la Danza Mora. Sus obras tienen un marcado carácter nacionalista, muy en la línea de autores de su época como Isaac Albéniz o Enrique Granados.

Pero su trascendencia va más allá de la guitarra, músicos de gran fama han hecho versiones de sus obras, como es el caso de Mike Oldfield, que utilizó Recuerdos de la Alhambra para el tema principal de la banda sonora original de la película Los gritos del silencio, titulado Etude.

También resulta curioso que una de las marcas pioneras de telefonía móvil utilizara una melodía del Gran Vals de Tárrega como tono de llamada predeterminado de millones de teléfonos móviles.

La controversia de las uñas

Guitarra del compositor
Guitarra de Francisco Tárrega – Millars / Wikimedia Commons

Al final de su vida, Tárrega se decantó por la pulsación con las yemas de los dedos en lugar de con las uñas. Mucho se ha hablado de este tema, pero sigue sin estar demasiado claro cuál fue el motivo que llevó al maestro a tomar aquella decisión.

Hay quien dice que su salud, que siempre había sido un tanto frágil, había deteriorado sus uñas, volviéndolas en exceso quebradizas, y que eso le llevó a cortárselas y a desarrollar la pulsación con las yemas. Sin embargo, otros guitarristas defienden que no tuvo nada que ver con su salud y que fue totalmente meditado e intencionado.

Lo cierto es que a día de hoy la pulsación con las uñas de los dedos es la más extendida, hasta el punto de que se podría decir que es la única técnica utilizada por todos los guitarristas. Por lo que si fue intencionadamente o circunstancialmente, ya no importa demasiado.

Quizá si Tárrega hubiese vivido algunos años más ahora todos tocaríamos con las yemas. Si hay algo innegable es innegable es que fue uno de los que sentó las bases de la técnica guitarrística moderna.

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