Chica sola sentada en un banco.

El miedo al rechazo y su superación

Uno de los temores más comunes en el ser humano es el miedo al rechazo. Cuando es controlado, se trata de una función de alerta social muy común. Pero si es paralizante, estamos frente a un problema psicológico que hay que saber tratar.

Temer exageradamente al rechazo afectará a amplios sectores de nuestra vida personal. Algunas actividades como buscar amistades, pareja o incluso trabajo se pueden hacer muy cuesta arriba. Y todos sabemos que para conseguir una mente saludable, es muy importante llevar una vida social adecuada.

¿Qué es el miedo al rechazo?

No todo miedo al rechazo tiene que ver con falta de autoestima. Como ya hemos comentado, cuando se trata de algo controlado solo forma parte de una especie de alerta social. Pero en altas dosis, este temor está relacionado con nuestra autopercepción.

El primer paso es verificar las dudas que tenemos acerca de nosotros mismos. Se tratará de nuestra forma de pensar, nuestro aspecto físico o nuestra forma de relacionarnos. Es importante que como personas nos sinceremos y busquemos de dónde provienen nuestras dudas.

Los principales efectos negativos de esta conducta pueden resumirse en dos. Lo que casi siempre ocurre es que sobredimensionamos nuestro deseo de ser aceptados. En segundo lugar, se trata de que dejemos de hacer cosas por el hecho de pensar que otros nos están evaluando.

Ansiedad por miedo al rechazo.

Signos del miedo al rechazo

Entre las señales que nos advierten que el miedo al rechazo forma parte de nuestra vida está la exacerbada necesidad de ser aprobado por otros. También el hábito de estar preocupados por todo entra en esta categoría. Las personas que ven un peligro en cada situación suelen presentar este temor. El pensamiento de que todos son nuestros enemigos es producto de la importancia que le damos a lo que piensan otros.

Otro problema relacionado con el miedo al rechazo surge cuando pretendemos saber todo lo que piensan los demás. Cuando estamos en alerta, solemos dar una carga negativa a todas las interacciones sociales; esto ocurre cuando pensamos que otros se ríen de nosotros o nos miran mal. Aunque los gestos nunca mienten, no podemos caer en una evaluación constante del otro.

¿Cómo superar el miedo al rechazo?

1. Trabaja en ti mismo

Si el problema está en nuestra autoestima, el primer refuerzo deberá ser interno. Si tienes dudas de tu aspecto, forma de vestir o la manera en que hablas, comienza por trabajar en ello. El sentimiento de mejorar los que creemos que son nuestros puntos bajos nos aportará seguridad.

Todo lo que nos da una mejor idea de nosotros mismos es válido, siempre que no se convierta en algo obsesivo. Por ejemplo, si no estás en forma, puedes entrenar y dedicar tiempo al cuidado de tu cuerpo; si el problema es que no te gusta tu forma de hablar, siempre puedes valorar la opción de visitar un especialista.

Una vez que empecemos a reforzar los aspectos que consideremos necesarios, pongámonos a prueba. Claro que la idea no es ir por la vida pidiendo aceptación; recuerda que lo importante es construirnos y trabajar nuestra relación con los otros.

2. Sal y habla con otras personas

Este es el consejo típico, pero realmente funciona. Enfrentarse al rechazo implica que a veces nos sometamos a su posibilidad. De hecho, la realidad es que siempre habrá personas que nos rechazarán, y eso es normal. Afortunadamente, también existirán muchas que nos acogerán en mayor o menor medida.

Chicas hablando juntas.

Una parte de tolerar el miedo al rechazo es entenderlo como algo normal. Al fin y al cabo, no podemos caerle bien a todo el mundo. Pero si comenzamos a interactuar y conversar con otros, entenderemos que relacionarnos no es tan difícil como parece.

La exposición puede ser progresiva si sentimos mucha incomodidad. Pero lo correcto es intentarlo y entender que lo que nos paraliza nos quita oportunidades. La idea es iniciar con situaciones sociales que generen poca ansiedad.

3. Memoriza frases positivas

En psicología existe el concepto de la ‘profecía autocumplida’. Esto quiere decir que, si esperamos un resultado negativo de una persona, probablemente termine pasando precisamente esto.

Hay que recordar que con estos prejuicios nos preparamos para reaccionar mal ante cualquier situación, aunque no pase nada. Por lo general, esto genera mayor estrés en las relaciones sociales.

Es importante mentalizarse de que todo estará en orden. Recodemos que el cerebro es un órgano que funciona mediante programación neurolingüística. Si nos recordamos lo bueno que hay en nosotros y esperamos lo mejor, lo más probable es que logremos resultados positivos.

[mailchimp_form title=»Aprende desarrollo personal con Ismael Cala» tag=»Desarrollo» marketing_list_id=»0a0415dbf1″ btnbackground=»support» btntext=»Descargar»]

[featured-post url=»https://unycos.com/blog/los-5-pasos-para-desarrollar-tu-seguridad-personal/»]

Carrito de compra