¿A qué edad se puede empezar a nadar?

Mucho se sabe de los beneficios de la natación, un deporte completo y muy exigente para casi todos los grupos musculares del cuerpo. Además, se suele recomendar su práctica para todos los grupos etarios. En este sentido, ¿hay alguna edad mínima para empezar a nadar?

Las mayores ventajas de la práctica de la natación tienen que ver con los beneficios físicos que promueve. Sin embargo, tampoco se puede obviar que es una herramienta muy útil para la seguridad de todas las personas, además de promover la interacción social.

Por eso, muchos padres se preguntan en qué momento pueden iniciar a sus hijos en la práctica de esta disciplina. Aunque resulte prematuro, puede hacerse incluso desde que son bebés, lógicamente acompañados de la presencia de su mamá o papá. ¿Te parece demasiado pronto? ¡Conoce los beneficios de comenzar a nadar cuanto antes!

¿Por qué empezar a nadar desde la niñez?

Madre en la piscina con su bebé

Son varios los organismos públicos que recomiendan iniciar a los niños en la natación tan pronto como sea posible. Por ejemplo, el Departamento de Salud Pública de Irlanda lo hace en este documento.

Asimismo, diversas publicaciones académicas que se refieren a la natación como método de desarrollo de los bebés. Al introducirlos en un medio nuevo, sus movimientos les permiten desarrollar nuevas capacidades, gracias a las conexiones neuronales que van estableciendo.

Además, esto también trae beneficios mentales para los pequeños. En primer lugar, porque perderán el miedo y se adaptarán al agua con mucha más facilidad que personas más mayores. La presencia cercana de su mamá o papá también ayuda a reforzar el vínculo afectivo con ellos.

Además, se dice que esta actividad conlleva un desarrollo cognitivo notorio para los bebés, pero todavía hacen falta más estudios al respecto. ¡Lo que es indudable es que la mayoría disfruta muchísimo de este rato de diversión!

Aprender a nadar en la infancia

Niña nadando

Más allá de esta conveniencia de las clases de natación para padres y bebés, los profesionales de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard indican que un niño puede aprender a nadar a partir de los cuatro años.

Si bien es muy bueno que se familiarice con este medio previamente, es necesario que los pequeños sepan comprender y seguir instrucciones y retener mentalmente lo que han aprendido. Esto, según señalan, no se logra hasta ese momento.

En la misma publicación –ver bibliografía– se indica que el contacto previo con el agua puede favorecer el aprendizaje posterior, pero, sobre todo, representa un recurso excepcional para situaciones de emergencia. En tales casos, un bebé podría aprender a flotar de espaldas en el agua para evitar un ahogamiento.

Finalmente, también se remarca la importancia de generar un entorno seguro y positivo para comenzar a nadar. Esto demanda contar con un instructor capacitado en quien el niño confíe e instalaciones seguras, higienizadas y en buenas condiciones para desarrollar las lecciones.

Recomendaciones de seguridad

Niña en clase para empezar a nadar

Desde luego, el hecho de que los niños comiencen a nadar a edades tempranas conlleva ciertos cuidados especiales de parte de instructores y padres. Así, se vuelven esenciales las siguientes claves:

  • Los bebés no deberían ingresar a la piscina antes de los seis meses de vida, ya que su sistema inmunitario debe tener tiempo de desarrollarse.
  • Nunca dejar a los niños solos en la piscina ni cerca de esta, ni siquiera unos segundos. El ahogamiento puede producirse en segundos y en completo silencio.
  • No asumas que un niño que sabe nadar está totalmente a salvo en el agua. Vigílalo siempre cuando entre a la piscina.
  • Los socorristas no son niñeros. Por eso, los padres deben hacerse responsables de las acciones de sus hijos en espacios públicos, sobre todo si están en el agua.
  • La temperatura del agua es un aspecto fundamental que se debe controlar para bebés y niños pequeños. Si muestra señales de frío, lo más prudente es sacarlo del agua y envolverlo con una toalla.

Finalmente, cabe destacar que una consulta médica antes de comenzar a nadar puede ser sumamente útil para bebés y madres en puerperio. De este modo, se pueden conocer al detalle las recomendaciones para las mamás y los pequeños para que disfruten de esta fantástica actividad sin riesgos ni inconvenientes.

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