El descenso del Sella es una de las tradiciones más importantes en el mundo del piragüismo. Año tras año, logra albergar un sinnúmero de propios y extraños para celebrar mediante una carrera su aniversario. Dicha importancia se centra en la geografía del río Sella y la historia que se ha construido alrededor de él.
También conocido como descenso internacional del Sella, gracias a la participación de deportistas de todos los rincones del mundo, este acontecimiento crece con el paso del tiempo. A día de hoy, se considera como una «fiesta de interés turístico internacional».
A continuación, te enseñaremos de qué manera un río ha conseguido unir aspectos tan importantes como el piragüismo, el turismo y la historia. ¡No te lo pierdas!
Descenso del Sella, orígenes
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En 1929, un grupo de amigos decidió realizar un recorrido por el río Piloña que duró cerca de dos horas y media. Sin pensarlo, construyeron la base de lo que desembocaría en uno de los acontecimientos más importantes de toda la historia para el piragüismo.
Dionisio de la Huerta, Manés Fernández y Alfonso Argüelles no se conformaron con el primer recorrido y en los dos años siguientes -1930 y 1931- realizaron lo que, actualmente, se conoce como las dos primeras ediciones del descenso del Sella. La primera de ellas se realizó hasta Arriondas y la segunda, hasta Ribadesella.
Un año más tarde -1932-, Arriondas y Ribadesella se establecieron como las metas fijas de este evento. Además, fue allí la primera vez que se realizó una competición que se conformó por trece palistas de la región.
Ya en 1935 se convirtió en el descenso nacional del Sella debido a la participación de palistas pertenecientes a diversas regiones de España. Sin duda alguna, un gran ritmo de crecimiento presentado por este evento.
A partir de 1951, comenzarían a llegar los primeros participantes de origen europeo, dando comienzo al descenso internacional del Sella. Quienes marcaron este hito histórico provenían de Italia y Portugal, países vecinos.
Fiesta de las piraguas
Al descenso del Sella también se le reconoce como la Fiesta de las piraguas o Les Piragües, por su origen asturiano. Este evento se constituye como uno de los músculos principales del turismo en la región de Asturias, razón por la cual el gobierno de la zona se encarga de mantener viva la tradición.
Año a año, se han incluido cosas nuevas a esta tradicional fiesta: los collares de flores y el famoso tren fluvial son los más importantes atractivos del evento. A esto se le debe sumar el entusiasmo generalizado de los pobladores pertenecientes a esta región.
Al descenso del Sella o la fiesta de las piraguas se le considera como una celebración lúdico deportiva. Esto gracias al máximo provecho que se le ha podido sacar en cuanto al atractivo turístico de la zona asturiana.
Además, porque se mantiene la tradición de los orígenes del piragüismo español en aguas tranquilas. Sin duda alguna, un hito histórico para uno de los deportes más importantes del país.
Competición en el Sella
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Más allá del atractivo turístico e histórico, el descenso del Sella no deja de ser una competición de piragüismo que corona un nuevo ganador año tras año.
Esta cuenta con diferentes normas, como la salida cada edición a las 12 del día; una tradición inamovible. Además, la partida debe llevarse a cabo con las embarcaciones por fuera de la superficie acuática, bajo la señal del semáforo.
Cualquier palista del mundo puede ser partícipe del descenso del Sella; no obstante, debe contar con la licencia de competición vigente con un mínimo de 60 días dentro del año en curso.
El recorrido de la competencia se compone de 20 kilómetros dentro del río Sella con la meta en Ribadesella. No obstante, también existe un recorrido de menor distancia para los más pequeños.
Descenso del Sella, tradición para rato
Tras noventa años de realización, este evento parece tomar fuerza cada año. Además, el esfuerzo realizado por la Real Federación Español de Piragüismo y el gobierno de Asturias ha permitido que siga vigente y que sobre cada vez mayor importancia.
Cabe aclarar que existió un episodio oscuro en la historia de este tradicional evento, cuando no se celebró en una ventana de tiempo desde 1936 hasta 1943 debido a la Guerra Civil española.
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