Como su propio nombre indica las creencias limitantes tienen la función de limitar nuestras vidas, repercutiendo directamente en nuestros comportamientos y pensamientos.
Por tanto, lograr cambiar este tipo de creencias puede hacer que nuestro bienestar, tanto físico como emocional, mejore considerablemente.
Pero, para poder conseguir este objetivo, primero debemos saber a qué nos estamos refiriendo con este concepto. ¿Qué son las creencias limitantes? A continuación, lo explicamos detalladamente.
¿Qué son las creencias limitantes?
Las creencias limitantes son pensamientos, ideas, opiniones o juicios negativos y poco realistas que construimos a lo largo de la vida, sobre la base de los aprendizajes y las experiencias.
Dichas creencias determinan cómo nos vemos a nosotros mismos, a las demás personas y al entorno que nos rodea. Esto puede causar un gran impacto negativo en nuestro crecimiento y desarrollo personal puesto que las creencias limitantes actúan como barreras que nos bloquean y nos impiden explotar todo nuestro potencial.
Por ejemplo, cuando pensamos «no voy a ser capaz», «yo soy así», «todo va a salir mal», «eso no se me da bien», etc., estamos adoptando una actitud derrotista, según la cual nunca lograremos avanzar, mejorar o descubrir nuestras verdaderas cualidades y capacidades.
Muchas de las creencias limitantes que tenemos empiezan a aparecer en la infancia, debido a la educación que recibimos, la cultura de la que procedemos, las amistades que formamos, los acontecimientos traumáticos que vivimos, la relación que establecemos con la familia, etc.
Con el tiempo, internalizamos estas creencias hasta que se afianzan fuertemente en nuestras mentes, siendo cada vez más difíciles de cambiar y poder desprendernos de ellas.
“Si aceptas una creencia limitante, se convertirá en una verdad para tu vida”.
– Louise Hay –
El poder de lo que creemos
Somos lo que creemos, de esto no cabe duda. Nuestras creencias, tanto las positivas como las negativas, guían nuestros pensamientos y comportamientos. Es decir que ejercen un poder extraordinario sobre nuestras vidas.
Tenemos que cuidar la mente e intentar que las creencias potenciadoras, aquellas que nos permiten superarnos a nosotros mismos, se den de una forma más frecuente y con mayor intensidad que las creencias limitantes.
Se trata de cambiar un «esto es muy difícil, no lo puedo hacer» por «lo puedo intentar», un «no lo voy a conseguir» por «voy a esforzarme, puede que lo consiga», etc. Parece fácil, pero esto requiere realizar un ejercicio de introspección y de reflexión profunda.
Hay que aprender a identificar las creencias que nos limitan: para ello, podemos hacernos una sencilla pregunta: ¿por qué?, ¿por qué creemos lo que creemos? Si una determinada afirmación que nos hacemos a nosotros mismos no tiene una justificación lógica u objetivamente razonable, entonces es mejor dejarla a un lado y cambiarla.
«Tus creencias se convierten en tus pensamientos. Tus pensamientos se convierten en tus palabras. Tus palabras se convierten en tus acciones. Tus acciones se convierten en tus hábitos. Tus hábitos se convierten en tus valores. Tus valores se convierten en tu vida».
Desprenderse de las creencias limitantes
Por último, y al hilo de los comentado hasta el momento, cabe destacar la siguiente frase del psicólogo y antropólogo médico Alberto Villoldo, quien nos invita a ser valientes y a liberarnos de nuestras creencias limitantes:
“Tan pronto como despiertes el poder que tienes, comenzarás a flexionar los músculos de tu coraje. Entonces, puedes soñar con valentía: dejar de lado tus creencias limitantes y superar tus miedos. Puedes comenzar a crear un sueño verdaderamente original que germine en tu alma y dé fruto en tu vida”
– Alberto Villoldo –
Y tú ¿a qué estas esperando? ¡Comienza hoy a cambiar tu mente y, en consecuencia, tu vida!
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