Iniciarse en una disciplina no suele ser sencillo, sobre todo cuando se practica en un medio totalmente diferente al que estamos habituados, como ocurre con la natación. Los nadadores principiantes pueden valerse de ciertos consejos útiles para su progreso en este deporte, como los que presentamos a continuación.
Para algunas personas resulta más fácil aprender nuevas habilidades, mientras que otros enfrentan verdaderas dificultades al hacerlo. En este sentido, comenzar desde pequeños es un gran paso para dominar a la perfección la técnica de cualquier deporte o habilidad.
Y esto no solo se debe a que ganamos años de práctica con respecto a quienes comiencen más tarde en sus vidas, sino que también aprovechamos la plasticidad cerebral mayor que poseemos en la niñez.
Sin embargo, nada es imposible. Con práctica, constancia y voluntad, podemos tener progresos importantes al aprender a nadar. Más allá de que no lleguemos a ser nadadores profesionales, podremos sacar partido de esta disciplina tanto para competir a nuestro nivel como para mantenernos en forma.
Recomendaciones para los nadadores principiantes
Quienes se estén iniciando en el proceso de aprender a nadar pueden enfrentar ciertas dudas, las cuales animaremos a resolver con las siguientes sugerencias:
Asistencia de un entrenador profesional
Puede que un familiar o amigo pueda introducirnos en los conceptos y movimientos básicos del estilo crol o libre, que suele ser el primero en aprenderse. No obstante, para perfeccionar la técnica y, por ende, lograr movimientos más eficientes y reducir el cansancio, es mejor seguir las órdenes de un profesional.
Con esto no solamente puliremos la técnica y nos quitaremos de encima vicios que afectan nuestro desempeño, sino que también seremos más veloces y resistentes. De hecho, esto puede ayudar incluso a evitar lesiones futuras causadas por una mala ejecución de la brazada o patada o una mala postura del cuerpo.
A medida que pase el tiempo, notarás que las correcciones del entrenador te servirán para sentirte más relajado en el agua. La respiración y la concentración se potencian de este modo, y tu técnica de nado se verá beneficiada en todos los sentidos.
Indumentaria apropiada
Los bañadores no son un aspecto para tomar a la ligera. Si bien no siempre podemos pretender tener los mismos que usan los profesionales —sobre todo por motivos de costes—, es importante escoger el adecuado. Lo principal es que sea ajustado pero cómodo; además, no deben absorber el agua, ya que eso aumenta su peso.
Sobre las gafas, debes saber que no todas son igual de aconsejables: es mejor optar siempre por unas antivaho, de modo que la visión sea siempre la ideal al momento del nado. Asegúrate también de que no te aprieten demasiado; la comodidad y seguridad son fundamentales.
Por último, muchos nadadores usan también gorros, sobre todo para evitar que el cabello les moleste al moverse en el agua. Asimismo, también ayudan a deslizarse mejor y previenen los daños que el cloro pueda causar sobre el pelo.
Alimentación y descanso
Así como concentrarse en entrenar es importante, también conlleva cierta preparación. En este sentido, debes procurar llegar siempre descansado a tus sesiones de nado y brindarle a tu cuerpo el combustible que necesita para funcionar.
En cuanto al descanso, se recomienda cumplir con ocho horas de sueño cada noche y dejar un día de recuperación muscular entre cada jornada de entrenamiento.
Por otro lado, para obtener la energía necesaria, se recurre principalmente a los hidratos de carbono presentes en las pastas, los cereales integrales, las legumbres y las frutas. También son importantes las proteínas —disponibles en carnes magras, lácteos, frutos secos y huevos— y, en menor medida, las grasas saludables —aceites vegetales, aguacates y frutos secos—.
Recuerda comer al menos dos horas antes de entrenar para darle al cuerpo tiempo de digerir los alimentos. De igual manera, los nadadores principiantes, igual que los avanzados, deben mantenerse siempre hidratados.
Elementos que facilitan el aprendizaje a nadadores principiantes
Cuando se desea pulir aspectos técnicos de los movimientos, usar aletas puede ser muy útil para no perder propulsión y mantener el ritmo. Con esta herramienta te será más sencillo ganar flexibilidad, potenciar tu propiocepción y mejorar tu condición física.
Por su parte, la tabla es de mucha ayuda para trabajar el movimiento de las piernas, ya que permite conservar la flotabilidad sin necesidad de mover las manos. Con ello los nadadores principiantes pueden enfocarse únicamente en la técnica del tren inferior.
Una función similar cumple la boya de flotación, la cual se coloca entre los muslos para aislar, en este caso, la técnica de los brazos. De este modo, podemos habituarnos a conservar una posición más horizontal al nadar y ganar propulsión con las extremidades superiores.
Finalmente, una cuestión no menos importante: recuerda siempre que el aprendizaje y el progreso será paulatino y no de un día para el otro. Si te cansas rápido o no eres tan bueno como lo desees, simplemente sigue practicando. ¡Recuerda que la práctica hace al maestro!
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