Autodisciplina: el secreto del éxito

La autodisciplina es la clave del éxito. Para los nipones, por ejemplo, esta dimensión tiene más valor incluso que la propia inteligencia o el estatus. Al fin y al cabo, es mediante esta estrategia basada en la constancia y la determinación como el ser humano se supera a sí mismo y logra tarde o temprano alcanzar sus objetivos.

Ahora bien, pero ¿cómo desarrollarla y aplicarla en nuestro día a día? Lo queramos o no, a menudo nos resulta muy complicado mantenernos firmes en nuestros empeños. Lo sabe bien, por ejemplo, quien afronta una oposición o quien intenta a diario mantener su empresa o incluso educar a los hijos.

En mayor o menor medida todos nosotros necesitamos la autodisciplina para conseguir muchas de las cosas que nos proponemos en la vida. Así, un modo sencillo de definir esta dimensión sería entenderla como la capacidad de invertir energía hacia una meta de manera consistente y repetitiva.

Todos podemos conseguirlo. En nuestro interior hay una fuerza de voluntad que puede ser entrenada, despertada y canalizada. No importa cuán perezosos podamos pensar que somos. Nuestra capacidad de manifestar autodisciplina es inmensa, y esto lo podemos descubrir en fabulosos cursos de desarrollo personal como el que nos propone todo un experto en el tema: Ismael Cala.

Higieniza tu mente, elimina cada toxina que te impide crecer

–Ismael Cala–

Chico en cocina trabajando la autodisciplina

¿Cómo podemos entrenar la autodisciplina?

Como dato curioso: desde la cultura nipona basan la autodisciplina en tres áreas muy concretas. La primera es la organización, la segunda la puntualidad y la tercera la limpieza. Ahora bien, con puntualidad se entiende también la capacidad de cumplir con nuestros objetivos en el momento concreto.

Por otro lado, con limpieza se integra también nuestra capacidad para eliminar lo que no ayuda: negatividad, frustración, actitud perezosa o desorganizada… Como vemos, son dimensiones curiosas que siempre vale la pena tener en cuenta. No obstante, veamos ahora cómo podemos entrenar por nuestra parte la autodisciplina desde el campo del desarrollo personal.

Inteligencia Emocional ante la frustración

La autodisciplina decae cuando nos falta confianza en nosotros mismos, se debilita cuando aflora la frustración, crece el desánimo y surcan en el día a día el estrés y la ansiedad.

De este modo, una forma muy efectiva de ganar en fortaleza psicológica para conquistar objetivos es aprender a ser hábiles en Inteligencia Emocional.

Sé creativo a la hora de cumplir un horario

La autodisciplina requiere, como bien sabemos, cumplir uno horario determinado. Hay tareas que deben asumirse en el día a día y hay metas que alcanzar a corto plazo. Tales procesos solo pueden lograrse siguiendo, como decimos, un horario.

Ahora bien, debemos entender un aspecto. Los horarios férreos nos sumen a menudo en el aburrimiento y la frustración. Hay que ser creativos y saber cómo organizarlo todo para alimentar la motivación. Por ejemplo, cada día nos marcaremos un número determinado de horas de descanso. Nos estableceremos, por ejemplo, pequeños tiempos para pasear, hacer deporte, leer libros…

Pinceles representando la autodisciplina

La disciplina requiere energía. ¡Cuídala!

Alcanzar uno varios objetivos requiere movilizar energía. Ahora bien, no haremos nada si carecemos de ella. De ahí que debamos cuidar los siguientes aspectos:

  • Debemos descansar cada día entre 7 y 8 horas.
  • Es necesario que nos alimentemos de manera correcta. Descuidar nutrientes deriva en fatiga, en problemas de concentración y también en desánimo.
  • Asimismo, también podemos perder nuestra energía al compartir tiempo con personas que nos contagian su mal humor o su negatividad.

Cuidemos en el día a día este tipo de situaciones.

Comparte tiempo con personas que te inspiren

Así como hay personas que viralizan nuestros ánimos y energía, otros, en cambio, nos dan alas, empuje y motivación. No lo dudes, enciende tu radar y busca esas figuras inspiradoras.

Es posible que tengas cerca personas que, como tú, estén en la misma situación (estudiando una oposición, llevando una empresa, practicando un mismo deporte…) y sean a su vez ese tipo de perfiles de gran calidad humana que no dudan en ayudar, en compartir sus experiencias, en darte ánimos en momentos complicados…

No dudes en buscarlas y compartir tiempo con ellas.

Un plan que cambia según necesidades

Los planes rígidos y estandarizados no nos ayudarán a lograr objetivos. Necesitamos planes que se adapten a esas complicaciones que se dan en el día a día.

Pensemos en ello: a veces caemos enfermos, otras veces ese objetivo puede sufrir una alteración y demandar nuevas estrategias. Necesitamos, por tanto, enfoques creativos y planes flexibles que se adapten a cualquier circunstancia. Por eso, otro elemento clave para desarrollar la autodisciplina es ser ágiles y originales a la hora de diseñar nuestros planes.

chico con su ordenador trabajando la autodisciplina

Para concluir, recordemos que la autodisciplina es ese factor que convierte los sueños en realidad. Asumamos este reto con los mejores recursos y preparación gracias a cursos como el que nos propone Ismael Cala. La determinación es el puente entre nuestros sueños los logros.

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